Magia es algo difícil de encontrar
aunque esté en todas partes,
yendo y viniendo por los continentes, las casas,
arrastrándose por las alfombras de los cuartos,
brincando sobre los pupitres en un salón de clases,
siendo atropellada por los coches sobre el asfalto,
cayendo desde el cielo siendo embestida por las ráfagas,
entre las personas que sin saberlo se quieren
y por las que existe, por las que comienza a funcionar.
Magia he hallado en tu persona,
en todos los detalles que habitan en tu rostro,
incluso en tus palabras o tu andar lento,
en la gravedad de tu voz que retumba en lo más hondo de mi pecho,
en los pasos que dejas o persiguen tu figura,
en el parpadeo incesante de tus ojos que no me miran,
en la fugaz sonrisa que dejas volar y espero algún día sea para mí,
en los movimientos espumosos de tus manos,
en alguna lata de refresco que tocaron tus labios,
en las plumas que has mordido o las baquetas que has roto.
Pululando a tu alrededor como oruga con alas
sin saberlo poco a poco me fui enamorando,
mis ansias han creado ilusión,
mis pensamientos te calcan en los sueños,
mi autoconservación se ha debatido entre las sábanas
y ha llegado a la conclusión de que no puede echarte;
por su propio bien aconsejé a mi corazón,
le dije que por ningún motivo debía amarte,
¡pero qué tonto es, el bastardo ha caído a tus pies!
¿Será eso una especie de pecado?
Las canciones de la radio tienen un poco de ti,
el folklor de la ciudad también,
la tranquilidad de un lindo parque,
algún día de lluvia con impermeable o no,
el bullicio del metro a la hora pico
o un café calmado en un local de Polanco,
todo parece clamar tu nombre, aquí dentro...
Entre delirios y divagos un secreto se me ha revelado,
aquel que habita en lo más bello de esta tierra
donde la magia no es una cualidad sino un estado permanente,
y entre cánticos de grillos y smog el secreto se ha mostrado:
"uno nunca sabe; demuéstrale cuánto lo quieres e inténtalo",
¿tendrán algo de ciertas estas palabras?
Tal vez debería ignorarlas, mandarlas al carajo,
pero no, mejor no, veamos si algo pasa,
si la magia hace de las suyas y te hechiza,
si mis intentos son considerados y me concedes una oportunidad,
una oportunidad para mostrarte mi capacidad de amar,
y aunque no hable francés o de brocoli sea mi intelecto,
aunque mi femineidad se encuentre desplazada y escondida,
aunque nuestros ideales sean diferentes
o nuestras vidas muy distintas, apartadas de ellas mismas,
aunque los espectaculares te digan que no existe esta magia,
que no importa nada, el sufrimiento sigue allí
y que no somos más que monos egoístas,
considéralo un día, piénsalo un rato,
tal vez descubras que efectivamente soy una idiota,
una chica infantil sin fundamentos,
o que me podría convertir en el amor de tu vida...
tal vez es ir muy lejos, volar muy alto,
construir castillos en las nubes donde no existen los cimientos,
desde donde uno sabe que la caída duele más,
pero la vida es tan compleja y el destino tan incierto
que algo me orilla a considerar estas posibilidades tan absurdas.
Te quiero Diego, pero no igual que antes,
por favor no lo compares con los primeros atisbos de mi amor,
ahora te quiero más, ya no busco impresionarte,
mi poesía ha madurado para dedicarse a ti,
sólo quiero que me veas tal cual soy
e intentes conocerme, de una forma u otra,
tal vez jamás te agrade ni me quieras,
pero habrá sido maraviloso vivir con este anhelo.
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